La Importancia del Discurso Oral y Escrito
La Competencia
Oral y Escrita en la Educación Superior
Así
como el ser humano necesita de herramientas materiales para potenciar sus
capacidades físicas, del mismo modo, el desarrollo de sus capacidades
superiores requiere de la mediación de otro tipo de herramientas, ya no
materiales, sino de naturaleza simbólica: los distintos lenguajes y formas de
representación, los mitos, los relatos, las metáforas, los sistemas de notación,
las disciplinas del conocimiento, los modelos científicos y los modos
discursivos que utilizamos para interpretar y negociar significados; todos
estos sistemas de símbolos hacen parte de la caja de herramientas culturales
que los seres humanos necesitamos para alcanzar un pleno desarrollo. Todos
nuestros actos intelectuales, nuestras formas de pensar, de aprender y de
construir sentido sobre el mundo y sobre nosotros mismos, nuestras acciones y
voliciones, están mediados por estos artefactos simbólicos.
Como somos seres
que nos relacionamos continuamente, pensar en un mundo sin lenguaje seria como
un caos. Somos seres sociables por naturaleza y el lenguaje y la comunicación
siempre están presentes y además, son la
base del desarrollo de la humanidad. Este lenguaje se hace esencial en la
Universidad y se divide en 3 funciones: una función comunicativa, en cuanto
sirve como instrumento para enseñar, evaluar y hacer público el conocimiento;
una función social, como mediador en las relaciones interpersonales, los
acuerdos y los proyectos cooperativos; y una función epistémica, como
herramienta intelectual y de aprendizaje.
La lectura y el
lenguaje son manifestaciones que atraviesan todas prácticas discursivas propias
de la cultura académica: la investigación, las conferencias, los coloquios, los
diálogos entre pares, los exámenes, las tesis de grado, los ensayos y artículos
científicos.
El ingreso del
estudiante a la universidad supone una adaptación a nuevas formas de
comprender, interpretar y organizar el conocimiento. Al igual que un inmigrante
que llega por primera vez a un país desconocido, la entrada del estudiante a la
universidad significa una iniciación a los lenguajes propios de las
disciplinas, constituidas no sólo por un corpus de conceptos y modelos
metodológicos, sino también por un repertorio de prácticas discursivas
históricamente construidas, que se traducen en diferentes modos de hablar, leer
y escribir.
La escritura en la
universidad constituye una poderosa herramienta intelectual, cuya función va
mucho más allá de comunicar y evaluar el conocimiento aprendido. El énfasis que
se le ha dado en la educación a la escritura como dispositivo de comunicación y
de evaluación ha relegado a un segundo plano la función mediadora que tiene la
escritura como herramienta de pensamiento.
La experiencia
cotidiana nos enseña que, más que formas discursivas opuestas, el texto escrito
y el discurso hablado funcionan de manera complementaria, cada uno con sus
propias especificidades y funciones diferentes. Se escribe para preparar una
exposición oral o una conferencia, rendir cuentas de lo leído o lo aprendido en
clase, o como preparación para la discusión oral en un seminario. Pero también
se da la situación contraria, cuando las conclusiones de los debates, las
discusiones y otras tantas instancias en las que interactuamos oralmente quedan
registradas por escrito en informes, resúmenes ejecutivos, protocolos y ayudas
de memoria.
La Enseñanza de Competencias Orales y Escritas en los Estudiantes de Derecho
La Enseñanza de Competencias Orales y Escritas en los Estudiantes de Derecho
Es preocupante el
número de estudiantes de derecho que al iniciar sus estudios no logra competir
con lo propuesto en el plan de estudios de su universidad impactando
negativamente en un proceso de formación exitoso. Luego de una exploración
acerca de estos problemas, se concluye que el problema radica en la falta de
competencias en el ámbito de lecto-escritura, y que según afirman Coloma y Agüero
(2012) “La propuesta apunta a que
tempranamente se aborden con estudiantes que se encuentren en una posición
desaventajada asuntos de naturaleza semántica, gramatical y pragmática del
lenguaje del derecho” (Los Abogados y las
palabras. Una propuesta para fortalecer Competencias Iniciales en los
Estudiantes de Derecho, Revista de Derecho Universidad Católica del Norte,
vol.19 no.1 Coquimbo) para que estos estudiantes lleguen a comprender e incluso
construir textos y discursos relevantes en el futuro de su área disciplinar.
Entre los
problemas significativos del estudio de Derecho se encuentra un déficit en las
Universidades en cuanto a la selección de estudiantes, donde estas deben dar
acceso a la educación superior a través de mayores exigencias para que todos
los estudiantes estén capacitados para superar exitosamente las exigencias que
les serán impuestas.
Pero así mismo,
las universidades también deben mejorar la eficiencia de prácticas pedagógicas
para que los estudiantes que tienen un proceso lingüístico más retrasado puedan
quedar al mismo nivel de otros un poco más competentes en ámbitos comunicativos;
para esto, es importante la implementación de áreas que desarrollen: primero
que todo la comprensión de textos y discursos habituales en un contexto
jurídico y segundo, la construcción de textos y de discursos que sirvan para
comunicar los saberes del hablante sobre ciertas categorías jurídicas, como lo
afirma Graciela E. Álvarez (2008) “Para ello, los futuros abogados necesitan
adquirir los conocimientos lingüísticos necesarios para la producción,
interpretación y análisis de las diferentes tipologías textuales presentes en
los distintos formatos discursivos jurídicos” (La enseñanza del discurso oral y escrito en la carrera de abogacía, Argentina,
Revista sobre enseñanza del Derecho, Año 6, Número 11)
La Enseñanza de Habilidades Comunicativas para la Práctica del Derecho
La Enseñanza de Habilidades Comunicativas para la Práctica del Derecho
Todo empieza con
la palabra que está en el centro del hecho jurídico, constituye la sustancia de
la ley: es el medio por donde opere la administración de la justicia, así como
el resto de operadores del derecho, y también por medio de palabras es como se
construye y transmite el saber de los juristas.
Ahora bien, ataca
el análisis del discurso del derecho no ha perseguido únicamente finalidades
descriptivas. En realidad, uno de los objetivos esenciales de la reflexión
sobre el discurso jurídico tuvo que ver desde el inicio con el diseño de
propuestas para mejora de las habilidades comunicativas de los operadores
jurídicos, en aras de perfeccionar el ejercicio de su actividad. La mayoría de
estos cursos para el desarrollo de competencias comunicativas independientemente
de la lengua de la que se ocupe, realizan una aproximación al hecho
lingüístico.
Una parte
relevante de la información que los profesionales del derecho reciben y
producen en el ejercicio de sus funciones reciben hechos del mundo, en
particular ese discurso de hechos presenta encadenamientos de acontecimientos
vinculados por relaciones de causa o consecuencia y temporalidad, generando un
tipo de texto que narratologos y lingüistas han identificado como narrativa.
Por cada delito se
formula una oración. Uno de los aspectos más criticados de la redacción
judicial es que es muy exagerada extensión de sus periodos oracionales, que se
alargan innecesariamente por medio de estructuras sintácticas poco cercanas a
la lengua común.
El escrito de
defensa es el género que vincula la réplica a la hipótesis narrativa del
escrito de acusación, frente al cual reacciona, dado que el escrito de la
defensa debe referir sus conclusiones de modo correlativo a la de las
acusaciones.
El interrogatorio
y la toma de declaraciones a los peritos constituyen el desarrollo y la prueba
de las narrativas contenidas en los escritos de calificación previos; estos
proponen, para comenzar una narrativa de mínimos que se puede escoger en el
caso de la defensa y durante la celebración del juicio oral, cada una de las
partes procesales amplía su narrativa previa y trata de probarla.
La narrativa está
fragmentada, dado que la narrativa surge en el intercambio pregunta-respuesta,
el producto textual resaltante es una narrativa fragmentada y además, coral,
puesto que nace de la intervención de diversos hablantes ejemplo. La narrativa
que produce la defensa es relatada por el acusado y también por el abogado de
la defensa.
“El interrogatorio
pone en marcha estrategias de construcción y destrucción de la credibilidad
además de elegir la configuración de una narrativa propia, el fiscal y los
abogados procuran intervenir en el
crédito de las versiones de los hechos que están en liza. La credibilidad no es
una cualidad interior que ofrece razones de cara a convencer al juez para que
satisfaga su pretensión procesal” se trata de un texto oral de tipo
argumentativo, con el que el fiscal y
los abogados cierran su intervención en el juicio solicitado al juzgador que
resuelva en un sentido determinado, a favor de ciertos argumentos de derecho.
El género de
información final es un largo turno de
habla, al final del juicio oral, en el que cada una de las partes
procesales ofrece razones de cara a
convencer al juez para que satisfaga su pretensión procesal.
La enseñanza de
técnica narrativa para fines judiciales, la descripción de los procedimientos
discursivos que emplean los operadores del derecho para configurar sus relatos
es el paso previo imprescindible para el diseño de recursos y materiales
docentes apropiados para la enseñanza de la técnica narrativa para fines
judiciales.
La narrativa y sus
elementos constitutivos: la enseñanza en técnica narrativa ha de abordar cuales
son los elementos constitutivos de todo texto narrativo —saber los
participantes en la historia, los acontecimientos el tiempo y el espacio— así como las peculiaridades de esos
componentes en contextos jurídicos, eso implica tratar la forma lingüística
habituales en la representación en el relato de tales componentes.
Una
vez identificadas las cuestiones básicas sobre narrativas judicial de las que
se debe ocupar un curso sobre comunicación en contextos judiciales, el paso por
dar esa confección de materiales didácticos apropiados para la enseñanza de
técnica narrativa en ámbitos jurídicos, solo atreves dela propuesta de
materiales que sean testados en el aula será posible seguir identificando cuestiones
sobre la composición de textos narrativos cuyo dominio resulta difícil para los
profesionales.
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