Los opositores del Acuerdo como un impedimento para la Paz

¿Tiene razón Uribe en hacer oposición al acuerdo?

Los acuerdos se han visto troncados por los caprichos de un populista lleno de envidia.

Sé perfectamente que el tema está más que comentado, pero yo, al igual que otros 6’377.464 habitantes de este país que votó por el SÍ, todavía sigue conmocionado con los resultados del plebiscito ocurrido el 2 de Octubre de 2016 y es que desde ese día la incertidumbre no solo se ha adueñado de todos los sectores e instituciones del país sino que le ha dado legitimidad a argumentos que fueron creados desde un partido político con el fin de sabotear el proceso de paz.
   
Los miembros del Centro Democrático no solo han demostrado que son fieles a su líder, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, sino que están dispuestos a hacer lo que sea para cumplir con sus caprichos, entre ellos, acabar con el acuerdo de paz llevado a cabo entre el gobierno de Colombia y las FARC-EP con el fin de lograr la autoría del proceso de paz poniendo a su fundador como el protagonista de este; sí, es una especie de pataleta que ni ellos mismos imaginaron que llegaría tan lejos pero que ahora tiene sumido al país en la inseguridad y en la desconfianza.
     
Cómo el mismo gerente de la campaña del NO, Juan Carlos Vélez Uribe admitió: la propuesta era “dejar de explicar los acuerdos para centrar el mensaje en la indignación” para que “la gente saliera a votar verraca”, declaración que le costó su membrecía en el CD por su sinceridad –algo no aceptable en los miembros de este partido político-; y este no es el único escándalo que ha rodeado las puertas del Centro Democrático, ya que su bancada está llena de honorables senadores acusados por espionaje ilegal, como Oscar Iván Zuluaga; por parapolítica, como Francisco Santos; nexos con paramilitares, como Luis Alfredo Ramos; desaparición forzada, como Alfonso Plazas Vega y demás acusaciones sobre narcotráfico, como a José Obdulio Gaviria y afirmaciones de racismo y clasismo que han hecho Paloma Valencia o María Fernanda Cabal.

Por eso no es de sorprender que para el plebiscito hayan utilizado estrategias tan viles con el fin de inducir a que la gente tomara esa decisión. Mintieron, engañaron y a pesar de que debo admitir que el resultado del triunfo del NO fue mejor de lo que todos esperaban, los mecanismos utilizados por el CD no fueron leales para un partido político que pregona ideales tan rectos. Por eso es desconcertante que hubieran inventado maniobras tan indignas como el “castrochavismo” o el “golpe de estado a la democracia” que “se le estaba entregando el país a las FARC” y demás frases que sonaron en los discursos políticos de los promotores del NO por puntos del Acuerdo que fueron tergiversados y puestos a disposición de la gente de manera totalmente inversa, como el malentendido con la ideología de género y demás, que también fue utilizado por las Iglesias para promover el NO a sus feligreses
    
Por esa y muchas más razones, es inconcebible creer que una campaña hecha por pastores que le roban a sus propios feligreses, senadores acusados de parapolítica, dirigentes políticos sumidos en el conservadurismo y la ortodoxia, figuras que promueven la guerra como método de acabar con un grupo insurgente, personajes populistas que utilizan su fama para convencer al pueblo de seguir sus ideas; lo que quieren es lo mejor para el país y para sus ciudadanos. Lo único que quieren es que la implementación del acuerdo no vaya a quitarle las tierras que despojaron, que no destape los delitos que cometieron, que no se vean involucrados en más procesos por nexos con paramilitares y lo peor, que la gente apoye más al partido político que surja de la desmovilización de las FARC y que se queden sin el poder para operar en un país donde ser corrupto paga.

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