Colombia, al filo de la oportunidad
COLOMBIA:
AL FILO DE LA OPORTUNIDAD
Gabriel García Márquez (1927-2014) |
El
16 de Julio de 1809, nace una proclama insurreccional en la ciudad de La Paz
que dice “Hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez” y ese
silencio sigue siendo hoy el problema de nuestro desarrollo.
La
Misión de sabios y en especial Gabriel García Márquez con esta proclama busca
darnos la motivación para preguntarnos quiénes somos, y sin necesidad de darnos
la respuesta nos pone a pensar que fue lo que nos trajo al día de hoy y es esa
la identidad que nos falta: el no saber de dónde venimos ni para donde vamos;
somos la mezcla de muchas identidades puestas por obligación a nuestra raza de
origen por el simple capricho colonial de imponer un solo nombre, una sola
lengua y un solo Dios.
Nuestros
conquistadores no eran más que criminales y destruyeron un sistema indígena
rico en sistemas magistrales de cuenta y de razón lleno de emperadores
clarividentes, astrónomos insignes y artesanos sabios que daban el prodigio de
vivir como iguales en las diferencias. Estos le quitaron el sentido cosmológico
y artístico al oro y a las piedras preciosas y dieron origen a lo que somos.
El
modelo colonial español discriminó las razas y segregó hasta sus propios hijos;
dejaron un rastro de sangre que históricamente marcó el inicio de nuestra
sociedad y toda esta segregación nos hace buscar a tientas nuestra identidad
porque tenemos tanto de precolombinos como de hispanos, unos nos dejaron la
facilidad de adaptarnos a cualquier medio, de aprender diferentes oficios y de
cambiar sin dejar de ser los mismos; de los otros aprendimos a emigrar, de
buscar los riesgos, de no dejarnos morir de hambre; y hemos llegado a asimilar
las costumbres de otros como las propias, estamos llenos de vicios conformistas
y desmesurados; somos conscientes de nuestros males pero no hacemos nada para
evitarlos, somos una sociedad sentimental pero “al colombiano sin corazón lo
pierde el corazón”.
Es
necesario pensar que está pasando con nosotros porque seguimos siendo tan
excluyentes como en la colonia, tan individualistas, tan incrédulos…tan
ingobernables. El cambio depende únicamente de nosotros y tenemos las
condiciones para lograrlo, para cambiar el sistema educativo que tanto agobia a
los niños que no tienen al alcance el país con el que sueñan. Tenemos una
segunda oportunidad y como dice el título: estamos al filo de ella.
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